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Uribismo: Como actúan con un logo, actúan con lo demás

«En la mesa y en el juego se conoce al caballero» — Anónimo

Qué mejor frase para poder entender lo que muchos de los ciudadanos de nuestro país no logramos aceptar de los uribistas acérrimos y del mismo expresidente Álvaro Uribe Vélez. Es claro que cada quien debe tratar de defender sus sueños y aspiraciones, pero no está bien que sea a cualquier precio y pasando por encima de otros.

Estoy convencido que existen derechos inalienables como lo son el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, la felicidad uribista inclusive. Además de esto, reconozco el valioso aporte que a ésta búsqueda le hace el sabio lema de nuestra nación: Libertad y Orden. Por esto y no por otra razón es que comprendo que los uribistas tengan el fervoroso deseo de incluir a quien algunos se han excedido en llamar «el Mesías» en la imagen que saldrá en los tarjetones. Hasta ahí puedo ver buenos deseos e intensiones, pero una cosa es expresar lo que quiero y otra muy diferente es la forma como lo obtengo.

Ese deseo exacerbado de conseguir lo que se quiere a costa de todo, modificando y ajustando las leyes a conveniencia, eso y no otra cosa es lo que me causa tristeza y vergüenza.

Me entristece que se quieran pisotear las leyes y los derechos de los ciudadanos que piensan diferente. Pensar diferente no es ser terrorista, no señor, es sólo reconocer que cada individuo tiene el derecho de ver el mundo de una manera única y maravillosa.

Lo que me avergüenza es que este caso del uribismo y su logo no es el único que se presenta en nuestro país, pero en mi opinión, es esta forma sistemática de actuar que tiene el del Dr. Uribe y los uribistas  la que hace que todos los aciertos que han tenido, se diluyan en la sensación horrible de que todo se justifica mediante el uso de juicios malintencionados o emociones viscerales, acompañados de la negación sistemática de los hechos.

Estoy convencido que la contienda política es una contienda de ideas y pensamientos en el marco de las capacidades estratégicas y tácticas las cuales son abanderadas por parte de individuos y equipos de trabajo, más no de la superficial y vana selección de un símbolo o logo (que en su mayoría son horribles).

Espero que algún día el Dr. Uribe y los uribistas que existen unos niveles superiores de liderazgo, que hay formas brillantes de enfrentar los hechos, que logren entender y sobre todo encontrar el equilibrio entre inteligencia y fuerza bruta, porque esa polarización absurda y tendenciosa, unida con el superpoder de sentirse capaz de pasar por encima de todo y de todos es una fuente interminable de violencia.

Dr. Uribe y uribistas, no sean pendencieros. Ustedes tuvieron la oportunidad durante 8 años de lograr la paz y como hecho ineludible: no la lograron. No sean mezquinos, dejen de sembrar odio en cada acto, dejen de ser los verdugos de cuanto ciudadano que no piensa como ustedes. Ustedes no tienen ningún derecho a juzgar la labor de otros hombres, cuando la realidad es que no fueron capaces de lograr el resultado.

Ya que se acerca el mundial de Brasil 2014, me tomaré la libertad de usar una metáfora futbolística: «Álvaro Uribe dominó la contienda, hizo muchos goles, pero al final de los dos tiempos no logró ganar el partido».

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